Bueno, bueno. Pues listo, ya publiqué el tebeo. Ya pasó, ya. Ea, ea.
Esto de hacer tebeos... esta cosa dura, complicada, ardua y compleja, en fin, es muy divertida. Muy gratificante. Muy estupenda.
Había pensado en escribir algo sobre el tema, y los buenos chicos de Entrecomics Comics, mis editores, mis amigos, mis hermanos, me proponen una cosilla en plan didáctico que puede quedar bonita. Es anecdótica, pero creo que es interesante. Mirad, tenemos estas dos imágenes:
A la izquierda, el boceto (bueno, el último boceto de muchos) de una página de 'Azul y pálido'. A la derecha, la página final, tal y como ha quedado publicada.
Cuando me pongo a dibujar, no tengo guión. Primero escribo, y luego dibujo. Utilizo las nueve viñetas porque me gusta su ritmo y me gusta jugar con su diseño. Puedes incluir tres secuencias de tres tiras, construir una página en torno a un motivo central, elaborar movidas geométricas, o con el color... Hay mucha esencia del cómic en esas nueve viñetas. Bueno, pues en este caso, la repetición de las imágenes era redundante, y además en otra página anterior ya había incluido efigies de dioses mesoamericanos. Tenía que darle una vuelta a la cosa.
Si dibujas algo que complementa al texto, tienes que decir algo nuevo. En este caso, al hablar del 2012, no era mala idea incluir el cacareado calendario maya. Estas cosas salen a medida que dibujas. Dibujar es escribir. Romper con la estructura de las tres viñetas no es un pecado, en definitiva, uno mismo es el que pone las reglas.
La segunda tira de tres es clavada al boceto. Tiene su propia autonomía. Pero al llegar a la última secuencia, uno se plantea si mantener el plano es buena idea. Teniendo en cuenta que el arrobamiento del personaje, llorando sangre y tal, es bastante espectacular, decidí cerrar el plano para focalizar el momento del éxtasis. Cojones, tienes unos ojos de los que manan sangre. No puedes obviar un elemento así. Las decisiones de dibujo son estéticas. O al menos, para mí lo son. Pensad que en mi tebeo la gente no para de hablar. No puedes plantar a un tipo en la viñeta sin cierto salero. El último paso, el color, bueno, es casi lo más gratificante. Toda la unidad de la narración depende de su aplicación. La narración, en los tebeos, es diseño. Y al revés. De un golpe, el lector debe ver la página e interpretarla. Si decides que tu cómic sea a color, no puedes olvidar eso.
Quiero decir... Lo que uno cuenta es lo que uno dibuja. Y lo que uno dibuja es lo que uno escribe. Me gusta pensar que esa es la clave, que la forma es el mensaje. No sé si me he explicado bien. ¡Es algo complejo!
En fin, hasta aquí la mini-ponencia. Oye, espero que el tebeo guste a todo el que lo esté leyendo. Ya sabéis que podéis decirme lo que queráis por las redes sociales, el correo y por aquí. Estoy a vuestra entera disposición, niños.
Os quiero a todos. ¡Nos seguimos leyendo!
1 comentario:
Te has explicado estupendamente. Muy interesante, la verdad. Yo aún estoy esperando ansioso que me llegue el tebeo /fertrok/
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