lunes, 19 de diciembre de 2011

Y ESTO ES LO QUE HAY.

Nenes, me retiro una temporadita. ¿Por qué? Por cosas buenas, cosas molonas, cosas de las que de verdad ilusionan. Cosas que me van a robar mi tiempo. Cosas que, cuando toque, ya os contaré, ansiosos. Y no puede uno estar en el melón y en la tajá. Eso me lo enseñó mi abuela, y es una verdad como un templo.

Así que es buen momento para escribir un post de despedida como dios manda. Empecé a principios de año, y doce meses después, hago balance, porque no quisiera irme sin dejar en el tintero dos o tres cosillas que he aprendido durante el último año. Que para eso, entre otras cosas, abrí este chiringuito: para aprender.

Me presentaba hace un año hablando (sí) de NG. Todavía coleaban los debates (debates, por decir algo) provocados por la publicación de 'La novela gráfica', el libro de Santiago García, y me pareció bien delimitar el terreno, sin tapujos. Un poco antes empecé a dar la vara en Twitter sobre el tema, y publiqué ese pequeño vacile que fue mi manifiesto sobre el asunto. De verdad pensaba que era necesario posicionarme.

Qué equivocado estaba.

El tiempo ha puesto las cosas en su sitio. No hay debate. En realidad, nunca existió. Sólo ladridos feroces sin mucho sentido. No se puede luchar contra la historia. No hay lugar para la disidencia, si acaso para el pataleo enfurruñado, de cruzar los brazos y torcer el gesto, con altivez. Allá cada uno: la novela gráfica llega para quedarse, porque es lo natural. El debate terminológico es absurdo, estéril. Santiago lo explica tan bien, que no reconocerlo es como arañar un portaaviones. Autores, editores y público han entendido que hay un nuevo camino para los cómics, un camino heredero de una tradición, de una voluntad de auténticos artistas, un camino que se explora día a día. Un camino que, curiosamente, devuelve a los tebeos su condición de arte popular, sacándolos del gueto de las librerías especializadas, enfrentándolos de nuevo al gran público. Sólo que este, ahora, ya no lleva pantalones cortos ni los lee con un muñeco en la mano... un tebeo adulto hecho para que lo lean los adultos. 

Pero ese solo es un camino. Ahí radica toda la grandeza del asunto. Este año, en España, se ha demostrado que lo que necesita de una vez el mundo del cómic, es sacudirse el polvo.  Ahí están Manuel Bartual, Alba Diethelm y su '¡Caramba!' un proyecto editorial que avanza por otra vía, dejando atrás las viejas maneras, aprovechando las posibilidades de internet (esta vez sí) con inteligencia. Tebeos de humor, objetos bonitos. No, el tebeo no volverá a los kioskos porque ya no hay kioskos a los que volver. Y ni puta falta que le hace.

Otra tormentita divertida fue la del reboot DC, el enésimo intento de revitalizar un género que languidece en el papel porque ahora vive en la pantalla. ¿Morirán los superhéroes? ¿Puede morir un mito? Si os soy sincero, no es mi guerra. Me importa poco. Os lo dice un tío que puede recitaros de carrerilla las alineaciones de los Vengadores hasta el año 93. Obviamente, su edad de oro ya pasó. Mientras se siga hablando de franquicias, seguirá sin interesarme. Franquicia, por amor de dios. Qué asco de palabra.

¿Más temas? Muchos más: el litigio de los Kirby para que se reconozca lo que ellos consideran legítimamente suyo, el patinazo de Frank Miller con su 'Holy Terror', la vuelta al ruedo bloguero de un Eddie Campbell enamorado de los tebeos españoles... Sí, en 2011 hemos estado entretenidos.

¿Y qué me falta? Tebeos, madre mía, buenos y grandes tebeos. Este año se han publicado auténticas maravillas, tebeos sensacionales, tebeos que aventuran un futuro esplendoroso. Un futuro donde, no me cabe duda, haremos tebeos de otra manera, los pensaremos diferente

Un futuro poblado de artistas conscientes de serlo. De auténticos creadores. Por una vez, sin rémoras, sin ataduras.  

Y ahí es donde quiero que nos veamos.

Pronto.

¡Os quiero a todos!







martes, 6 de diciembre de 2011

ALMENDRADO.

Me gusta pensar que por muy alto que vueles nunca hay que perder de vista el suelo. Con 'R.I.P.' el último tebeo de Felipe Almendros, he tenido esa sensación. El despliegue formal que ejecuta Almendros se clava firmemente en los momentos de una vida, de un espacio. La vida, la del propio autor; el espacio, Badalona, su barrio. 'R.I.P' es un cómic de vanguardia, y es un cómic de vanguardia hecho aquí. Son dos cosas que hay que agradecer, nenes.

'R.I.P.' es un tour de force artístico y vital. Un tebeo sobre la muerte y sus resonancias, emparentado lejanamente con 'Special Exits', la obra maestra de Joyce Farmer, un diario desnudo que no debe tomarse por un manual. Cada uno se enfrenta a la pérdida como puede, no hay recetas mágicas. Almendros tampoco ofrece la suya, sólo nos cuenta qué le ocurrió tras el fallecimiento de su padre. Una tormenta emocional aliñada con un proceso de agorafobia y el cáncer de su hermana. Sin embargo, el propio Almendros nos revela en la contraportada del libro que la asunción de esos "problemas reales", tangibles, palpables, era el paso necesario para seguir viviendo. Para afrontar el futuro, ese horizonte que  con frecuencia dejamos que sea sepultado por nuestros recuerdos. De hecho, Almendros le da la vuelta a la tortilla y se vale precisamente de esos recuerdos para vislumbrar el horizonte del que os hablaba. Al representarlos, los convierte en un eterno presente más allá de su memoria. Los reconstruye, los entiende, los asume y se dirige hacia lo inexplorado, lo que está más allá del libro. La vida.

Y lo hace dibujando un tebeo, insisto. Una novela gráfica avanzada, deslumbrante, construida con voluntad, sin reglas formales más allá de una pulsión artística emparentada con el arte outsider, con ecos del colorista manejo de las formas de los Imagistas de Chicago. Almendros crea nuevos espacios en sus páginas, alejándose tanto como puede de la construcción tradicional de una página de cómic. Un lugar donde el término 'narrativa' se revela vergonzantemente literario para un arte icónico. Y sin embargo, estamos leyendo un cómic. Nuevo y resplandeciente. Pero cómic.

Y español. Y de Badalona. Y con dos cojones.





lunes, 5 de diciembre de 2011

UN POST URGENTE.

Llevo varios días liado con una reseña que espero terminar pronto, pero para demostraros que sigo vivo por aquí, una cosita rápida, un voleo. Os voy a recordar un asunto que aunque parezca mentira no siempre está del todo claro, escuchadme bien.
El cómic, nenes, el cómic es un ARTE. Y al que me tosa le doy.
¿Es o no es, Torchy? Pues eso.