domingo, 27 de febrero de 2011

SYNDICATE.

Soy de los que piensan que 'Peanuts' es uno de los dos o tres mejores tebeos de la historia, y que es el Alfa y el Omega de la tira cómica americana moderna. Bill Watterson también lo creía, y por eso 'Calvin y Hobbes' fue lo que fue: una maravilla honrada con su maestro, pero tan fresca, salvaje y divertida que su despedida acabó colapsando el sub-género de 'diversión para toda la familia'.

Supongo que dos pérdidas tan traumáticas marcan a una generación, y más a una compuesta por individuos tan conservadores como los lectores habituales de strips. Las reediciones de las viejas tiras de 'Peanuts' y 'Calvin' siguen publicándose en la prensa actualmente, años después de sus respectivas cancelaciones.

Y es que la nostalgia es un arma muy peligrosa, y la sombra de artistas tan excepcionales se puede extender tan lejos como alcance la vista. Tiras que surgieron como pálidos reflejos de la obra de Watterson tienen hoy un éxito morrocotudo, como 'Frazz' o 'Big Nate' (os pongo una tira de ésta más abajo para que veáis de qué hablo).

Preguntas, preguntas... ¿Está la tira de prensa 'familiar' tocada de muerte? ¿El género se ha quedado encallado en una repetición sin gracia de modelos obsoletos? ¿La revolución formal y argumental de la NG no tiene cabida en las viñetas diarias? ¿Es trasladable siquiera el modelo? ¡Es que las strips me gustan de verdad! ¿Os hace gracia alguna tira actual? ¡Nombres quiero!

Y por amor de dios, ¡no me digáis 'Dilbert'!

martes, 22 de febrero de 2011

Y 2.

Lo conmovedor.
Parece que da un poco de reparo enjuiciar una obra por su capacidad de ‘conmover’.  El otro día mantuve una discusión tuitera acerca de esto. Entiendo la postura, ¿eh? Comprendo que es un viejo truco, que es jugar con cartas marcadas, que es un recurso fácil. De hecho, me fastidia bastante su utilización a la ligera, claro. ‘Conmueve’,  es ‘bueno’; ‘no conmueve’,  es ‘malo’. Hombre, no.
Ahora bien, desterrar una categoría semejante de la crítica artística no es de recibo. Y más si nos encontramos con una obra que, cojones, es conmovedora, y analizamos sus mecanismos y encajamos la pieza en todo el engranaje. Digo yo.
En este caso, ‘Wilson’, de Daniel Clowes, me resultó conmovedora. Qué queréis que os diga. Os advierto que paso de meterme en berenjenales formales… bueno venga: es la puta hostia, menudo dibujante. Hala, ya.
Y ahora os cuento lo quería deciros al principio.
La publicación de ‘Wilson’ propició que algunos críticos manifestaran su hartazgo, porque consideraban que era la enésima repetición de un modelo enquistado en el seno de la novela gráfica (ese tipo de teb… perdón, ‘formato’ que arrastrará al cómic al fondo del abismo), el personaje-con-problemas-qué-cosa-más-triste.
A mí me pareció otra cosa. Para empezar, me reí un montón.
Wilson es un personaje vivo. Esos son los buenos. Es un tipo bastante desagradable. Es el tío más listo del barrio. O eso cree él. Ama a su perrita, odia la gente. Ya sabéis como va.
Y sin embargo… sin embargo, Wilson es conmovedor. A medida que avanza la cosa, a medida que te ríes con sus burradas y sonríes con sus putadas, observas que Wilson tiene los mismos miedos que todos nosotros y es tan inseguro como el que más.
Y al final… al final, te conmueves con ese pobre desgraciado que comprende que la vida es mucho más sencilla de lo que parece. Que para enfrentarte a la vida no tienes que enfrentarte a los que la viven.
El amor, hostia, si es que es tan fácil como eso.

miércoles, 16 de febrero de 2011

NELL.

Nell Brinkley fue una dibujante tan moderna y tan espectacular que uno no entiende cómo es que hoy apenas la recuerden un puñado de connoiseurs.

Ayer tuve la fortuna de tener en mis manos un libro que recopila un buen montón de páginas de la susodicha. Lo ha sacado Fantagraphics y se llama ‘The Brinkley Girls’. Pues poca broma, amigos. Menuda cosa extraordinaria.

Venga, coordenadas: 1907, New York, una oferta del Evening Journal de Hearst y allí que llega la Brinkley desde un pueblecito de Colorado, ni veinte  años tiene, dispuesta a comerse la Gran Manzana con sus dibujos. Un diamante que ya había brillado en la prensa de Denver y que Hearst quiere que resplandezca bien hermoso en sus cabeceras.

Y vaya si lo hará. Su cobertura ilustrada de un célebre juicio de la época la catapulta a la fama. Pero a la fama, fama, ¿eh? Sus dibujos de señoritas estilosas se popularizan tanto que dan nombre a canciones de revistas de Broadway y se lanzan líneas de rulos Brinkley para el pelo. El éxito la acompaña hasta su retirada voluntaria a finales de los treinta, cuando reconoce que su material ya no está en sintonía con la nueva sensibilidad pulp.

Bueno, ¿y qué pasa con sus dibujos, qué tienen de especial? Pasaos primero por aquí y echad un vistazo, luego seguimos.

¿Ya? ¿Qué, cómo os habéis quedado? Una maravilla, socios. Menuda mano. Qué mujeres más vivas.

Y es que en ese momento, el canon de lo femenino es el establecido por C.D. Gibson: señoras rotundas, pero lánguidas. Guapas, pero sosas. Con esa caída de ojos que las sitúan en una dimensión inalcanzable. Señoras, en fin, dibujadas por un hombre que desea poseerlas. 

En cambio, las Brinkley girls  tienen salero, son alegres, coloridas, cotidianas, sandungueras y expresivas. Por todo eso, la obra de Brinkley es una de las primeras manifestaciones de auténtico tebeo femenino (digo tebeo, sí, porque creo que algunas de sus páginas tienen un diseño que es puritito cómic, troncos).

Y es que, si bien Gladys Parker o Dale Messick ya estaban en el negocio, pues qué queréis que os diga, me decís ahora que eran pseudónimos de dos julais con bigote y tirantes, y me lo creo. Pero la Brinkley… ay, la Brinkley es tan sexy, tan elegante, tan pizpireta, tan personal y tan detallista, que a mí me resulta inevitable pensar que esos dibujos los tiene que haber hecho una tía.

Y no una cualquiera: una de las buenas.



PS UNO_Ilustro el post con un dibujo que hizo que ayer me explotara la cabeza, este Príncipe Valiente en los Días del Rey Arturo quince años antes. Foster… ¡qué te han visto!

PS DOS_Ahora que lo pienso, y es que no sé cómo meterlo en el texto, la Brinkley es el resultado de una pelea entre Gibson y John Held Jr. (éste era malo también), en la que al final gana Held Jr., no sé si me explico.

PS TRES_Y claro, gracias Pepo, gracias Santiago.

martes, 15 de febrero de 2011

UNA SINCERA Y ENTUSIASTA ADHESIÓN.

Al Big Culo Day 2011. Una entrañable propuesta a cargo de JotaCé, el hijo ilegítimo del dr. Wertham.

El caso es que para culo de tebeo, siempre, SIEMPRE, Druuna. ¡Y aquí lo dejo para que conste!


lunes, 14 de febrero de 2011

EL INEVITABLE POST DE SAN VALENTÍN.

Marisabidilla, quejica, egoísta, criticona, cínica e insoportablemente romántica.
Ah, Enid Coleslaw, ¿cómo no enamorarse de ti?

viernes, 11 de febrero de 2011

THAT'S THE WAY I LIKE IT.

El post anterior salió nostálgico, que le vamos a hacer, ¿no? Es normal. Los tebeos tienen eso. Le acompañan a uno toda una vida, y claro, pasa lo que pasa.
Ahora, no soy de papel y plástico. En mi cuenta de Twitter me meto mucho con los tebeos de superhéroes, pero es que es divertido. Son un blanco fácil. Vamos, que no añoro los tebeos de antes, simplemente porque ya se hicieron. Ya los leí. Y puedo volver a leerlos si quiero. Me importa poco que Peter Parker sea un clon, o no, o que la tía May siga viva (¿sigue viva?). Ahora, ¡y lo bien que me lo paso con mis chistes sobre el nuevo Caballero Luna!
El caso es que últimamente estamos a vueltas con lo del tebeo adulto. Yo tengo claro cuáles son y cuáles no. Disfruto igual con uno que no lo es y con uno que sí, mientras sea bueno, claro. Lo que pasa es que la proporción entre unos y otros es enorme. Hay muchos, muchísimos más tebeos para un público infantil y juvenil. Y ahora, en este momento, prefiero leer tebeos adultos. Quiero más de esos.
Sinceramente, que prospere o no esta petición de incluir entre los premios del Saló de Barcelona la categoría de ‘Mejor cómic infantil’, pues me la refanfinfla. Quiero decir, bien, bravo por los tebeos para niños… aunque creo que esa batalla ya está ganada.
¿Ayudaría entregar el premio al mejor tebeo para niños a ‘dignificar el medio’? Sinceramente, creo que no. Que no niego su valor, repito.
Pero para ‘dignificar el medio’, lo que hay que hacer son más y mejores tebeos.
Tebeos para adultos, claro.


martes, 8 de febrero de 2011

EL MEJOR TEBEO DE SUPERHÉROES DE LA HISTORIA.

Amo a Spiderman. Hoy estaba viendo fotos de la próxima peli y pensé en las de Raimi. Si yo llego a ver de crío una cosa así, me meo en los pantalones de la emoción. Lo digo porque en su momento vi el telefilm con Nicholas Hammond en el cine de mi pueblo y por poco me pasa, así que sé de lo que hablo.

El caso es que durante mucho tiempo, mi tebeo favorito fue el especial de navidad de Spiderman que sacó Fórum en 1987. Era perfecto. Magia para un chaval de nueve años. Lo escribía el Gran Hombre en persona, Stan Lee. Ron Frenz se hacía pasar por Ditko como nadie, pero qué coño sabía yo entonces. Sólo sabía que aquello estaba dibujado de puta madre.

El tebeo arrancaba con Spiderman persiguiendo un helicóptero entre los rascacielos de Nueva York, eso de entremés. Después, nuestro amistoso vecino se liaba a guantazos con el Escorpión, salvaba de una muerte segura al hijo y a la futura esposa de J.J. Jameson  y aún le quedaba tiempo para soltar un par de chistes al final. Y es que la historia, ay, amigos, la historia empezaba y acababa. Eso, para un lector de tebeos de pueblo acostumbrado a conseguir el número doce de una colección y al mes siguiente, el cuarenta y cuatro, ah, no tenía precio.

En fin, que ése es el recuerdo más bonito que tengo de un tebeo de superhéroes y lo he querido compartir con vosotros. ¿Cuál es el vuestro?

Ah, sí, y la peli nueva, que empecé con eso. Pues sale Gwen, y os diré una cosa: esa tía ya era un cadáver cuando yo conocí a Peter. 

Así que no lo flipéis tanto, verdaderos creyentes.



lunes, 7 de febrero de 2011

THE ROUND RIVER DRIVE.

Me gustan los tebeos pequeñitos, y me gustan los tebeos bonitos. Lili Carré ha dibujado uno tal que así que se llama ‘Los cuentos de Pete el Leñador’, los fieras de Apaapa tuvieron el buen gusto de editarlo el año pasado y yo he tenido la suerte de leerlo hace poquito. Mira que bien todo, ¿eh?
Lili Carré es una artista que hace tebeos, animación e ilustración, y lo hace todo que da gloria verlo. También escribe con gracia y sensibilidad, cosa que viene la mar de bien para hacer cuentos. Claro, es que ‘Los cuentos de Pete el Leñador’ son precisamente eso, cuentos. Cuentos primorosos.
Y estos cuentos explican un mundo, una América boscosa, mágica, lejana y misteriosa; con trofeos de caza que lloran, y gigantes que lloran más todavía. Y lo hace con una mirada que no es nostálgica, sino rabiosamente moderna. ¿Os molesta si digo que es neofolk? Venga, lo digo. Si lo habéis leído y no os lo parece luego ya me corregís si queréis.
A mí Lili me ha conquistado y quiero más.
Me voy a poner a Joanna Newsom, luego os veo.


viernes, 4 de febrero de 2011

LA VIRILITÉ.

Hablo de él, hoy, porque me lo he cruzado por la calle. Os lo juro. Iba para mi curro, tranquilo y tal, y de repente pum.
La virilidad.
Pascal Brutal. Clavado. Un tipo enorme. Misma perilla, mismos ojitos, misma narizota. Igualito, socios. En carne y hueso.

Le dejé atrás y seguí caminando. Pensé entonces inevitablemente en el tebeo más divertido de los últimos años. En Pascal follando con jugadores de rugby y con macizas bretonas, en Pascal rapeando, vacilando en su moto, fumando un canuto, sonriendo a la vida y repartiendo hostias o abrazos según tocara.

Pensé, claro, en Riad Sattouf, su dibujante, un tipo con un talento tan grande como las manos de Pascal, que en este momento es quizás el mejor escritor de tebeos que tienen allá arriba los vecinos. 

Y pensé en el resto de tebeos que me he leído de Sattouf, en esos jóvenes secretos y esos desprepucios, y en lo mucho que me río y lo bien que me lo paso con sus cosas. 

Y así, pensando, llegué a mi oficina, me senté y no pude concentrarme.

Ahh, Pascal. 

Cómo olvidarte.







miércoles, 2 de febrero de 2011

UN CACHONDO.

Ayer, el Tío Berni colgó en Entrecómics una entrevista a Ramón Boldú. Santiago García le mencionaba también en Mandorla, y citaba 'Sexo, amor y pistachos', su último tebeo. Está bien que pasen estas cosas. Hay que acordarse de los buenos.

Boldú es un tío grande. Tiene ese talento especial que tienen los artistas populares de verdad, los que viven y entienden la calle. Y después tiene gracia. Un montón. Y experiencia. Y esa sabiduría travestida de distancia irónica que da la edad. Así que si sumamos todo, sale un artistazo como la copa de un pino.

'Sexo, amor y pistachos' es una novela gráfica. Sí, de humor. Y algo subida de tono. Porque esas también valen, ¿eh? No os vayáis a pensar. Bueno, pues también es de las buenas.

Una novela gráfica que da lo que promete en el título: algo de sexo, muchos pistachos y bastante amor; el de Boldú por la vida, por los tebeos, por reírse de él mismo y de todos nosotros.

Y joder, no me digáis que eso no hace falta.