viernes, 15 de julio de 2011

ALL HAIL THE LUCKY ONES.

Dos o tres puertas más para allá, en Mandorla, los supervillanos campan a sus anchas haciendo de las suyas. Las cosas de Santiago García, ya sabéis. El temario: cuestiones, realidades, usos y modos de la villanía presente y futura.  
Al hilo de todo esto voy a hablar de una novela gráfica Marvel de 1987, ‘Emperador Muerte’. David Michelinie escribió el guión, partiendo de una idea original de Mark Gruenwald y Jim Shooter. Bob Hall estuvo al lápiz y Keith Williams a la tinta. No sé si la recordáis. Yo la leí de pequeño y fue un bombazo muy gordo. Leída ahora, conserva su atractivo, más allá de su valor histórico. Dentro de la hilvanada continuidad del Universo Marvel, es una rareza, un juego que reflexiona sobre el género sin necesidad de espejos deformantes.
El tebeo cuenta el clásico plan-maestro-del-villano-absoluto-para-dominar-el-mundo. ¿Qué pasa? Que esta vez, al malvado en cuestión le sale bien la jugada. El Dr. Muerte vence a los buenos en el primer acto. Consigue dominar el mundo. Se proclama Emperador. Nadie le tose. Ahí lo lleváis.
Y ahora viene lo más divertido. Cuando eso sucede, Muerte… gobierna. Gobierna el mundo. La mar de bien. Acaba con el hambre en. Desarma las cabezas nucleares. Da discursos en la ONU. En un mes. El Dr. Muerte. Sí, ése. Quiero decir, que no convierte a la Tierra en un océano de fuego y dolor y se pasea en un trono portado por esclavos desnudos, realizando ejecuciones sumarias arbitrariamente. No. Un mes, pim, pam, pum, y soluciona todos los problemas de la humanidad. El mayor supervillano del Universo Marvel se transforma en un político. El mejor que nunca haya existido.
No os quiero destripar más cosas, por si la leéis, claro. Pero os podéis imaginar que bueno, hay una contraofensiva de los superhéroes con su clásica batalla. Y de nuevo, Muerte está en condiciones de ganarla. Definitivamente. Pero desistirá. Porque se aburre. Se aburre de haberlo hecho todo tan bien. Necesita a los héroes para divertirse. Ying-Yang y toda la pesca.
Y el tebeo termina con las clásicas preguntas de filosofía de pitiminí tan del gusto de la Marvel. Pero eso no es lo importante.
Lo importante es la certeza de lo que hemos leído.
Lo importante es, que esta vez, ha ganado el malo.




2 comentarios:

Santiago García dijo...

Gracias por recordar esto. Lo recuperaré, me interesa mucho. Eso sí, el equipo creativo da miedo de solo oír sus nombres!!!

TEBEOBIEN dijo...

ya, pero están los tíos bien fuerte, poniéndose serios, ya sabes.